¿Y ahora que hacemos?
Cuantos milagros, ellos presenciaron con su Maestro, veían a
ciegos recuperando su vista, podían sentir la alegría de enfermos sanados,
muertos que volvían a respirar, las olas ante su voz se calmaban, y podría
quedarme largas horas contando las maravillas que hizo en presencia de sus
discípulos, pero aun así, ante situaciones límites, dudaban. Si dudaban, asi
como dudamos nosotros, aun viendo las maravillas que el Señor ha realizado en
nosotros.
En Juan capítulo 6 Jesús tendrá compasión de la multitud,
estaban ahí, como ovejas sin pastor, y este Pastor no las dejaría solas.
Jesús pensó en alimentarlos, el problema era que ni con
todos sus discípulos juntos llegaban a alimentar a dos de esa multitud.
Al lado de Jesús se encontraba Felipe, y Jesús quiso
probarlo con esta pregunta ¿De dónde compraremos pan para alimentar a
estos? Quiero imaginarme la situación y
ponerme en la piel del pobre Felipe. Seguramente Felipe habrá visto a la
multitud, 5000 dice la Biblia (recordemos que en ese momento solo se contaban a
los hombres, allí había hombres más los niños y las mujeres) y habrá pensado,
“Imposible, no llegamos ni a darle de comer a uno solo”. La respuesta de este
discípulo no hubiera variado de la que seguramente yo respondería: “200
denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tome un poco”
Allí cerca estaba Andrés, y le presenta a un muchacho con
cinco panes y dos peces, claro matemáticamente la cuenta a Andrés no le daría,
5 pancitos para 5000 personas con hambre, la lógica se iba por el piso.
El resultado de esto, es que Jesús no solo alimento a esas
5000 personas sino que sobraron 12 canastas. De cinco panes y dos peces, si, Andres y Felipe, si Pablo, de cinco panes y dos peces.
Felipe se olvidó que Jesús podía, Felipe debería haber respondido al Señor, “Hay
muchas personas pero para vos nada es imposible” Pero esa no fue la respuesta.
Todos los días me siento como Felipe, estoy ante
situaciones límites y Jesús me pregunta, ¿Y qué hacemos ahora con esto?, Jesús
sabe que va hacer, pero El está esperando mi respuesta de fe, de confianza,
Dios puede con poco hacer mucho, puede transformar lo que
para nosotros es limitado en algo sin límites, Dios es creativo y sabe cómo lo
hará, solo espera que podamos confiar en
El. A veces nuestra vida se vuelve
rutinaria, vamos a la iglesia, compartimos tiempo con otros hablando de Dios,
alabamos a Dios con muchas ganas, pero cuando nos pasa una situación límite no
podemos ver el Dios Sobrenatural que tenemos.
Los discípulos ni sabían que aun juntarían canastas con
panes de sobra, eso me muestra que Dios siempre supera nuestras expectativas.
Cuando Jesus te pregunte ¿Y ahora qué hacemos? , vas a mirar
lo natural o vas a ir más allá y confiar en nuestro Todopoderoso Dios que no
tiene límites.
By Pablo Emmanuel
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